martes, 20 de octubre de 2009

De ideas, modelos y tensiones entre periodistas y científicos

El Curso de Profundización de Periodismo Científico, organizado por la Escuela de Ciencias de la Información de la UNC y el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Córdoba, continúa con disertaciones y clases de los más importantes periodistas científica del país.
Esta vez le tocó el turno a Matía Loewy, editor de ciencia y salud la revista Newsweek Argentina. Tras realizar un recorrido histórico sobre el valor y significado de la divulgación científica; Loewy caracterizó ideario moderno de la divulgación científica:
• Saber de ciencia ayuda a entender la vida y a tomar decisiones.
• La divulgación de ciencia es una actividad creativa.
• Hay que escribir o comunicar en un lenguaje comprensible.
• Hay que escribir y comunicar con un buen uso del lenguaje.
• No basta con informar: hay que motivar, entretener, inspirar
• Hay que encontrar el equilibrio entre el rigor científico y la simplificación.
• Divulgar no significa distorsionar.
• Hay que convencer a los científicos sobre el valor y la importancia de divulgar.
• La ciencia ayuda al desarrollo de país. Y una sociedad informada será más propensa a apoyar la ciencia.

Tensión
Luego se refirió al choque “casi cultural”, que hubo entre científicos y periodistas a la hora de divulgar ciencia. Esto se debe a que la actitud de periodistas y medios es que la información científica no es importante y los científicos son “herméticos y poco abiertos a difundir su trabajo a la gente en términos claros”. “Es la imagen del científicos trabajando en su burbuja que es su laboratorio, poco dispuesto a comunicar lo que hace”, resumió.
En tanto, los científicos piensan que se gana poco con la difusión de un trabajo y que los periodistas son “superficiales, sensacionalistas, poco rigurosos, malinterpretan y tergiversan”.
Según Loewy, los científicos creen que existen canales convencionales de comunicación de la ciencia (journal, etc.) y que la divulgación en medios masivos no tiene ningún rédito. Al contrario, hay más riesgos porque la información se puede distorsionar y quedar en ridículo ante los colegas. “Y, en general, los científicos atesoran en su memoria aquella mala experiencia que tuvieron con un periodista y trasladan ese episodio al resto del periodismo”, señaló.
Para Loewy, estas viejas ideas todavía siguen vigentes, pero en las últimas dos décadas se ha dado un cambio por vario motivos:
Los medios advierten que la información científica puede “vender” o al menos prestigiar la publicación o producto. Se incorporan secciones fijas o nuevas publicaciones.
Los científicos empiezan a entender que la difusión de las noticias puede aumentar la legitimación de su trabajo y atraer más fondos; que el trabajo propio puede ser mejor considerado por otros investigadores del mismo campo (“señal de importancia”). “Da la impresión que el hecho de aparecer en los medios también tiene un impacto positivo dentro de la comunidad científica”, dijo Loewy.

Otras tensiones
La tensión entre periodistas e investigadores no es la única que existe entre la comunidad científica y el resto de la sociedad. Por un lado, se supone que el entorno ideal de la ciencia moderna requiere que el progreso científico se apoye con interés y participación de la gente.
Pero, por otro lado, la percepción social de la ciencia es ambivalente: admiración y creencia de que puede “dar veredictos” y resolver todos los problemas, aunque también temor y hostilidad, por ejemplo, en el caso de la clonación, energía nuclear y alimentos transgénicos.

Modelo de déficit
Para poder limar estas tensiones entre ciencia y sociedad, surge un modelo para comunicar la ciencia. El modelo del déficit es el modelo dominante. En este marco, se cree que la hostilidad o indiferencia que la gente siente sobre la ciencia se puede resolver únicamente con transmitir de manera adecuada los conocimientos científicos.
Así, los periodistas deberían sólo transmitir el discurso científicos en un lenguaje comprensible para la gente. Las características de este modelo son: no hay otras voces más que la de los científicos, una relación asimétrica (el científico arriba y el público abajo).
La gente al tener más conocimientos científicos tendría una actitud más positiva hacia la ciencia. Sin embargo, varios estudios demuestran que una mayor alfabetización científica no se traduce llanamente en una percepción más positiva de ella.

Modelos de diálogo y de empoderamiento
Estos modelos buscan que los periodistas tengan un nuevo rol. En el modelo de diálogo, los científicos deberían estar dispuestos escuchar los reclamos de la gente. Ya no es un camino que va del científico a la gente, sino que el investigador también es receptivo de las creencias, demandas y visiones del público respecto de la ciencia. En este marco, los periodistas deben escuchar no sólo las voces de los científicos, sino también las de otros actores.
En tanto, el modelo de empoderamiento es de más difícil aplicación. Aquí ya desaparece la situación de asimetría. El periodismo de ciencia debería facilitarles a los individuos una comprensión genuina de cómo se produce y aplica el conocimiento científico, para que luego la gente pueda intervenir en la toma de decisiones sobre la política científica de su país o región.
La sociedad debe conocer cómo funciona la ciencia y no sólo los resultados. Cuáles son las incertidumbre detrás de cada hallazgo, cuáles son los riesgos detrás de cada tecnología y los problemas éticos que tiene cada investigación. Todo esto debe transmitir el periodista. Dar a conocer no sólo el resultado científico, sino también el contexto en el que se produjo.

Ideas diferentes
Aplicar este modelo en términos prácticos presenta muchas dificultades. Esto ocurre porque aún persisten diferentes ideas entre periodistas y científicos que mantienen vigente la tensión mencionada anteriormente. Algunos de los puntos en los que difieren son:

Novedad
Para el científico: Suele basarse en una hipótesis previa, depende del aval de los pares y de la confirmación repetida por experimentos. La novedad es un “acontecimiento esperado”.
Para el periodista: Lo inesperado, un elemento nuevo que irrumpe en el sistema social.
La novedad o acontecimiento que se comunica es la NOTICIA.

Objetividad
Para el científico: Es la asignación de espacio proporcional al grado de contrastación de las evidencias empíricas.
Para el periodista: Es darle el mismo espacio a opiniones o visiones contrapuestas, más allá de cómo se fundamenten.

Lo interesante
Para el científico: Todo aquello que represente un aporte para la comprensión del mundo o abra nuevas líneas de investigación.
Para el periodista: Todo aquello que atraiga la atención o el interés del lector.

El texto sobre ciencia
Para el científico: Un paper “soft”. Un material a redactar con serenidad y que debe someterse a un examen riguroso antes de la publicación para verificar la no existencia de errores.
Para el periodista: Un producto periodístico más. Un material que debe llenar el espacio en la pauta del medio y que debe entregarse en el curso de pocas horas o pocos días.